El edificio trata de responder a las necesidades de las Personas Mayores residentes de la manera más eficiente posible. Con esta idea, las habitaciones se desarrollan en dos alas en torno a un núcleo de usos comunes de forma que en cada planta se dispone de todos los servicios, pudiendo funcionar cada ala de manera independiente y aislada del resto del edificio.
Se ha tenido especialmente en cuenta el cumplimiento de las normativas vigentes en cuanto a supresión de barreras arquitectónicas, favoreciendo el acceso de personas con movilidad reducida a las diferentes zonas de la edificación. En base a esta idea se proyectan todos los servicios y usos más públicos de la residencia en planta baja, así como una «pastilla» de habitaciones con acceso directo al jardín, facilitando el acceso de las personas con mayores dificultades de movimiento a todo el recinto.
La organización general de las plantas de las habitaciones en torno al núcleo central funcional genera una composición sencilla que ayuda al reconocimiento del lugar y la orientación de los residentes dentro del edificio. En planta sótano se ubican los espacios y usos de acceso restringido.
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